Si recorremos los pasajes más importantes de nuestra historia encontramos que la imprenta tuvo un gran aporte en el ámbito económico, cultural y la social en el Perú.
Desde su invención en Occidente en 1450, la primera imprenta llegó a Lima, Perú, en 1581, entró en funcionamiento en Agosto de ese año, siendo la segunda imprenta del Nuevo Mundo, y la trajo desde México el italiano Antonio Ricardo, natural Turín, y se dio al tener el permiso real.
En el Perú, una de las labores de la colonización, fue a través de los curas españoles, que vinieron a América a aprender las lenguas nativas como una forma de entender la cultura y tradiciones de los incas, todo esto con la intención de integrarlos a la doctrina católica.
Fue entonces que la iglesia, promovió la introducción de la imprenta en el Nuevo Mundo y la edición de libros, manuales y catecismos orientados a catequizar a los pueblos, siendo estos los primeros productos que se necesitaron y para los que se empleo el uso de la primera imprenta en el País.
A pesar de ello, predominaba el dominio Español y con ello impuso una serie de restricciones para la publicación de materiales que podían atentar contra las doctrinas y la fe al trono, tres años después de que llego la primera imprenta en el Perú se restringió su uso, quedando esta en custodia de los jesuitas.
A estas necesidades sociales, se le sumaba las culturales, con la creación de la primera universidad fundada por los dominicos, la universidad Mayor de San Marcos, la impresión de textos para los alumnos era una necesidad perentoria.
Se sabe que la iglesia introdujo la imprenta en América. Fue el Obispo Franciscano Juana de Zumárraga quien llevo la primera prensa a México en 1533. Por esos años varias imprentas se instalaron se instalaron en la capital Mexicana saturando el exiguo mercado de entonces.
El impresor italiano Ricardo o (Riccardi) se instalo en México y las primeras referencias de su trabajo datan de 1577 cuando trabajaba en el colegio de San Pablo, de los padres Jesuitas.
Se mencionan muchas razones del viaje al Perú del ipresor Italiano, entre ellas, que el País estaba posicionado en este entonces como una País de oportunidades, donde cualquiera se enriquecía en poco tiempo, otra razón que le atribuyen a su llegada, es la del interés de los Jesuitas instalados en el Perú desde 1568, por instalar una imprenta local, teniendo en cuenta lo engorroso y costoso del traslado de libros religiosos desde España.
Por presión de los Jesuitas la audiencia de Lima se adelanto a las ordenes del Rey y dieron licencia a Ricardo el 13 de febrero de 1584 para que imprima catecismos, pues no se contaba con la licencia necesaria para iniciar sus operaciones, y en ese entonces se padecía de dificultades para los tramites lentos de la época, como solicitudes al Rey, pedido de informes al Virrey de turno, respuesta local, licencia real, esto quizá explica la gran tardanza, o mejor, el tiempo que media entre su llegada y su primera producción tipográfica.
La primera producción de la imprenta del Turinés fue la pragmática sobre los diez días del año. Unas semanas más tarde apareció el primer libro, la citada Doctrina Cristina.
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